martes, 1 de febrero de 2011

El juego del Barcelona consigue una diferencia de puntos insalvable

Ahora que los catalanes caen en gracia a todo el mundo, que no es lo mismo que ser graciosos, que quede claro, se da ya por hecho que la Liga de fútbol ya está finiquitada a favor de los catalanes vestidos de azul y grana a rayas, ahora más estrechas que antaño. Requiescat in pace, RIP, Descanse en paz, DEP. Todos lo tienen muy claro. Incluso hay quien se apuesta meter las manos en el fuego, no sé si sagrado del hogar en forma de encimera, o en la hoguera. No sería yo tan temerario como para meter las manos en ningún fuego, pues hasta el rabo todo es toro.
Sin ir más lejos días pasados disertaba en un artículo a cuenta de manos en el fuego y goleadas y a punto estuvieron varios de quemarse las manos en el fuego. Hubiera sido necesario que el Betis no tuviera la caraja durante un minuto y ahora estaríamos hablando de una goleada histórica al líder de primera del líder de segunda, que, ¿quién sabe?, hubiera terminado con la eliminación del Barcelona de la Copa del Rey.
A vueltas con lo anterior tengo entendido que primero se caza el oso y después se vende la piel, excepto que uno viva en un país como España en que primero se vende la piel y después ya se cazará al oso. Así nos va.
En mi modesta opinión la Liga todavía no tiene dueño pero los agoreros no dicen lo mismo, aunque claro, tal hecho no es sino un fiel y exacto reflejo de la complacencia y conformidad con la que afrontan los partidos contra el Barcelona los equipos de la Liga. Si todos y cada uno de los equipos no dieran por hecho que los de azul y grana ganan sin bajarse del autobús, el resultado de los partidos sería muy diferente.
Es evidente que para que la Liga no estuviera decidida, tendrían que darse determinadas situaciones que podrían ser perfectamente plausibles. Únicamente con que los equipos que se enfrentan a los culés afrontaran los partidos con otra ambición, ya habría mucho ganado.
A veces me da la impresión de que los demás ven partidos diferentes al que yo veo. No creo que sea así. Solamente pido seriedad. Sería tan sencillo como desear que los equipos de la primera división jugaran todos los partidos con la misma intensidad, que cuando jueguen con el Barcelona no se limiten a verlas venir, que no tengamos que presenciar lo del día del Almería en la Copa, que hicieron el más espantoso de los ridículos en cuestión de ocho o diez minutos, con errores tan garrafales que ni los infantiles hubieran cometido.
¿La Liga ya duerme el sueño de los justos? ¡Esperemos acontecimientos! Mientras tanto cuidado con las manos y los fuegos. No claudiquemos antes de tiempo. Eso solo lo hacen los mediocres.

Luis Hernández Rubio