domingo, 13 de febrero de 2011

El doping en el deporte y la indefensión jurídica

INDEFENSIÓN JURÍDICA EN EL DEPORTE
Me quedo asombrado al contemplar, lastimosamente sin poder hacer nada, cómo el deporte se pasa por donde el diablo le da entender lo de la seguridad jurídica y la tutela efectiva de jueces y tribunales. Digo esto por el calvario que está pasando el ciclista Contador durante los últimos meses.
¿Cómo puede ser que desde hace tantos meses no se haya dado una solución al problema? ¿Realmente los Tribunales deportivos, si se pueden llamar Tribunales a los del deporte, necesitan tanto tiempo para decidir? Lo que no se puede es estar destrozando a un deportista que encima tiene todas las trazas de que no ha cometido nada ilegal.
Desde luego si hubiera cometido una ilegalidad y se hubiera dopado, lo que bajo mi punto de vista y con los datos en la mano no se puede probar. Ténganse en cuenta que los niveles de sustancia, clembuterol en este caso, fueron ínfimos de tal forma que es imposible que niveles así puedan ayudar al deportista a ganar pero es que aún hay más, los niveles fueron disminuyendo en los días posteriores. Eso vendría a demostrar palmariamente que el consumo de la sustancia fue claramente ocasional, lo que viene a avalar la tesis de que se infectó accidentalmente por el consumo de la carne de marras como el corredor se ha cansado de decir en todos los lugares en que han querido escucharlo.
Pero con ser importante lo anterior no es sino la punta del iceberg de todo el entramando que ha rodeado a Alberto Contador en los últimos tiempos, comenzando por el siempre incompetente y por demás redomado Presidente de la Unión Ciclista Internacional del que me niego a mencionar su nombre porque son de esos sujetos que no merecen pasar a ninguna posteridad puesto que quien de manera obstinada ve fantasmas donde no los hay y denigra sin pruebas, habría que encerrarlo en algún cuarto oscuro por no decir en otro lugar mucho menos recomendable. Este tipejo, me niego a otorgarle otro calificativo más favorable, siempre ha tenido animadversión hacia todo lo que sea deportista español y por eso se le tuerce la castaña con más asiduidad de la debida y nos deja píldoras poco edificantes sin que desgraciadamente le ponga en el lugar que merece.
No cabe duda que cualquier Tribunal de Justicia ya hubieran sobreseído el caso por falta de pruebas, pues a nadie se le puede condenar sin pruebas, y ante cualquier duda siempre habrá que absolver al acusado porque jurídicamente y con la Ley en la mano nadie puede ser condenado por acciones y omisiones que no constituyan falta o delito y a Contador se le está condenando sin que haya realizado ni la una ni la otra. ¡Qué se le va a hacer!
En este Caso la indefensión jurídica está a la orden del día y si yo fuera Contador no dudaría ni un minuto, si los juzgadores deportivos siguieran en sus trece y lo sancionaran, en interponer la correspondiente demanda de daños y perjuicios ante los Tribunales de verdad no los pega. Ya está bien de dorar la píldora y de decir a todo que sí. Ya está bien de que en el deporte la justicia no exista. No se puede consentir. Ya es hora de que alguien levante la voz y luche por sus derechos como es debido.
Es de esperar que este sainete absurdo termine cuanto antes y de la mejor manera posible pero la impresión es que va a acabar con la sensación de que la inseguridad jurídica campará a sus anchas y no se debería permitir.

Luis Hernández Rubio

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