sábado, 17 de marzo de 2012

Os dejo un poema de mi libro "Pasión y fuego" donde el amor es lo primero pero donde uno corre el peligro de quemarse en el fuego.





REÍAS


Al amanecer reías con la furiosa
obstinación de la amante que con fuerzas
nebulosas
se hace real y te besa
furtiva
y por la tarde te veían sentada sobre la nieve,
pensando con tu orgullo de consentida necia
en la agonía enorme de sentirte yermo para amar
y no tener fuerzas para intentar un último
e indefinible triple salto mortal que liberara
los encuentros de la bilis espesa que los
dominaba y es triste pensar en el discurso turbio
de tu boca.
Por la tarde tu mirada,
hería mi soledad
con el hierro candente
de las cuentas no presentadas
con la antelación debida
o cuando tus palabras, embadurnadas
de sucedáneo de pasión,
sonaban a agria venganza,
y me pinchaban y me hacían sangrar, llenándome
el cerebro de los recuerdos
que no es posible recordar.
Por la noche, tu siempre me dejabas flotando
en una nube de inconsciencia que me punzaba
en el pensamiento y me acortaba la respiración,
porque eres como una boba que no sabe la verdad
de las historias y que no encuentra el hilo
conductor de ellas,
porque la pálida sinceridad de tus caricias
y los recuerdos de una noche de lluvia
en la que besaba tus labios,
se me hacen incomprensibles.
¿Por qué recuerdo entonces la
necedad innecesaria de nuestra historia?
¿Por qué abrazo el brindis que nunca
se completa?,
pues las palabras que acondicionan la dicha
del abrazo todavía están por venir,
¡Aléjate! Y si te recuerdo
es por pena.





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