RUMOR DE SUEÑOS
El amor descarga su furia
sobre el rostro terco
de quien puede ser mi
bien amada y quien me puede
salvar de las cadenas que
me oprimen la garganta y
por ende la capacidad para
gritar y ser amado;
y así, las duras tardes de desasosiego,
me ayudan a soltarme el pelo
y a elevar mi rostro al cielo
y acariciar el firmamento con la mirada.
No todo en el amor es fuego entendido como pasión, sino que a veces es fuego donde uno quema el deseo
y la sonrisa
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