La Sala de Vistas estaba imponente y los bancos y mesas que se suelen usar en los menesteres de impartir ley que no justicia, habían sido convenientemente limpiados, pulidos y abrillantados con Ajax Pino para dar más lustre y esplendor al juicio que se iba a desarrollar en breves instantes.
El juicio era de un soplagaitas que habían estafado a otro con la venta de alfalfa para los borricos, hágase notar que el borrico en este caso era de los irracionales no de los racionales, sujetos estos últimos que son de los que suelen hablar rebuznando pero no comen alfalfa aunque debieran.
Llegada la hora de los interrogatorios el abogado de la acusación comenzó con sus preguntas al soplagaitas estafador, que para el que no lo sepa, dícese del que chupa la gaita gallega porque no sabe hacerla sonar melodiosamente.
- ¿Es usted Don Eufrasio Cantamañanas…
- Pregunta denegada-dijo el Sr. Juez
- ¿Vendió usted alfalfa al Sr…
- Pregunta improcedente-rebuznó el Juez en lenguaje borriquil, con perdón de los asnos, sin dejarle terminar la pregunta.
- ¿No es cierto que usted le vendió piensos compuestos para cerdos en vez de alfalfa para el borrico?
- Sr. Letrado, denegada la pregunta. Limítese a preguntar sobre los hechos y no divague.
De pronto el letrado de la acusación se sintió impotente y comenzó a lloriquear y en segundos apareció una mano y le palmeó el hombro mientras lo consolaba.
- No llore uste Sr. Letrado, es que hoy lo suyo era tocar las narices al letrado de la Acusación, la próxima se las tocaremos al de la defensa.
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