Novelas, relatos, escritos literarios en prosa, poemas, obras de teatro, comentarios sobre la actualidad del mundo literario
viernes, 8 de junio de 2012
Una caricia que cura la herida del desamor
SENTIMIENTOS
Rozándome apenas el rostro
con el látigo oscuro del viento,
un sentimiento nos imponen
sin nosotros saberlo.
Lamiendo las malditas sombras
de la tarde en que fuiste mía
sin dejar de ser tú, desolación de otros
que se adivina ante nuestros ojos
sin ofrecer más que una liviana resistencia,
una austera caricia que cura la herida
imposible de nuestros abrazos,
que se posa delicadamente en la suave marejada
que se desata en mi piel
cuando nuestros encuentros se llenan
de obstinada soledad y de nostalgia.
¿Qué es esa amargura que se manifiesta
cuando menos se espera uno
y que progresa en el rictus forzado del destino?
Sagrado cáliz de rara frialdad.
Ante mí la noche es luz ausente
mas delante de los hombres,
la noche es longeva sombra,
es una derrota de infausto recuerdo,
un amargo veneno que prueban mis labios.
De mi libro en proceso de escritura "Desde el deseo acaricio tus labios"
Etiquetas:picasa
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lunes, 4 de junio de 2012
RUMOR
De pronto sentí el agrio
rumor de la calle penumbra,
plena de risas y de largas esperas,
de viandantes que circulaban
presurosos por el asfalto de su memoria
sin pararse a mirar atrás cuando el huracán de la vida
deposita en su miradas una duda razonable.
De pronto escuché el sordo
rumor del aire adentrándose
en la mar bravía de mi cuerpo tan desvalido.
De pronto sentí que la vida
se me escurría entre los dedos
y se me hacía inasible,
pero con el tiempo habitamos
el olvido y no fuimos
ni posiblemente seamos
sino grises estatuas que la existencia
tuvo a bien cincelar sin demasiadas
pretensiones a base de deseo
y de mutua añoranza
porque cuando sientes el vacío de la vida
y hueles su rostro mustio,
ya nada queda en el tiempo
si no es la amarga conciencia
de ser polvo y desatino,
un exacto olor a ceniza imprfegnando la habitación
donde reposa el olvido cuando nos amamos,
pero que se adentra en mí con alguna
certeza, que no acabo de descifrar,
cobijada en la suave planicie
de mi alma, pues para atravesar
la existencia sin miedo al olvido,
hace falta pocas dudas y mucho atrevimiento.
De mi libro en proceso de escritura "Desde el deseo acaricio tus labios"
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